1. Estás siguiendo una dieta baja en grasas
A estas alturas todos deberíamos tener claro que no todas las grasas son malas como pensábamos y es un error sustituirlas por carbohidratos. Para acabar con el sobrepeso
abdominal es importante tener una dieta rica en ácidos grasos monosaturados, como los que encontramos en los frutos secos, el aceite de oliva o el aguacate.
La ventaja de las grasas saludables es que tienen un enorme poder saciante, lo que nos ayuda a llevar una dieta saludable sin pasar hamre. Y esto es decisivo para llevar una
alimentación saludable.
2. Estrés o bajos estados de animo.
Según un estudio reciente del Rush University Medical Center, las mujeres con síntomas de depresión tienen una tendencia mucho mayor a padecer obesidad abdominal. Esto se debe,
principalmente, a la relación de la depresión con una menor actividad física y unos hábitos alimenticios poco saludables. La buena noticia es que se trata de una relación de doble
sentido. Podemos aliviar los síntomas de la depresión comiendo mejor y, sobre todo, haciendo ejercicio, que puede ser incluso mas eficaz que los antidepresivos.
3. Abusas de los alimentos procesados
Los carbohidratos refinados y los azúcares añadidos, presentes en muchos más productos de los que pensamos, provocan un aumento de los niveles de azúcar en sangre lo que
acelera la producción de insulina. Esto no sólo puede llevarnos a padecer diabetes, además hace que el hígado acumule grasa en el abdomen. En la medida de lo posible, es recomendable primar el
consumo de productos frescos. Si te cuesta, trata al menos de comer vegetales en todas las comidas, lo que te ayudará a estar más saciado y no caer en la comida basura.
4. Te olvidas del magnesio
Este mineral regula más de 300 funciones de nuestro cuerpo y, según explica Noe Pagán, su consumo es importante para mantener a raya los niveles de azúcar e insulina. El magnesio está presente en
los frutos secos, los cereales y las legumbres, por lo que no podemos descuidar el consumo de estos.
Lo puedes encontrar aquí con el nombre de Minerale III.
5. Estás enganchado a los refrescos en general o refrescos light
Un estudio reciente, publicado en la revista Obesity, mostró que las personas que beben habitualmente refrescos light tienen un porcentaje mayor de grasa en sus barrigas. ¿Por qué ocurre esto? Las personas que los consumen tienden a
subestimar las calorías que están “salvando” y acaban siendo indulgentes con lo que comen. En definitiva, el tipo de refresco elegido no va a hacer que la hamburguesa XXL con la que lo
estás acompañando engorde menos.
6. Beber demasiado
Aunque el alcohol no tiene porque provocar un exceso de grasa abdominal, su consumo excesivo sí, tanto en hombres como en mujeres. Beber sin moderación ralentiza nuestra habilidad para obtener
energía: baja los niveles de glucemia, interfiere en la absorción de vitaminas y minerales y dificulta el consumo metabólico de las grasas. La mayoría de los estudios epidemiológicos consideran
como consumo moderado una ingesta de 20 a 40 gramos de alcohol, esto es entre 2 y 5 cañas y 2 o 3 copas de vino al día.
Otro aspecto importante a señalar es que el hígado se satura con la ingesta de alcohol dificultando procesar la grasa de los alimentos que consumimos.
7. Llevar una vida sedentaria
Especialmente en las mujeres ya que los cambios hormonales relacionados con la menopausia, que aparece en torno a los 50 años, hacen que se acumule más grasa en la barriga y que sea más difícil
eliminarla. Sólo el ejercicio físico puede ayudar a eliminarla. Y el yoga puede ser la mejor opción. Un estudio de 2012 realizado entre mujeres postmenopáusicas mostró que realizar una hora de
yoga tres veces a la semana permite perder un centímetro y medio de envergadura abdominal en sólo 16 semanas.
También es importante tener apoyo de nutrientes que ayuden a que el cuerpo realice mejor las funciones que eliminan lo que nuestro cuerpo no necesita como el Minerale I y nutrientes que disminuyen las molestias que conlleva la menopausia tales como el Ácido Pantotenico, el complejo B-100, entre otros.
9. No comer suficientes alimentos de colores vivos
Puede parecer una extravagancia, pero no lo es. Sólo las frutas y verduras tienen colores vivos, y es porque están repletas de
vitamina C, que ayuda a reducir el cortisol, la hormona del estrés. Un estudio reciente
publicado en The Journal of Nutrition mostró que
las personas que comen más alimentos rojos, naranjas y amarillos tienen barrigas menos turgentes.
Cabe señalar que el consumo excesivo de frutas representaria demasiada fructosa para nuestro cuerpo, para evitar eso podemos contar con nutrientes como la vitamina C en nuestro hogar.
10. No estás haciendo el ejercicio adecuado
No todo el ejercicio físico es igual de eficaz para adelgazar. Recientes estudios han demostrado que para reducir la grasa abdominal es mejor compaginar ejercicios relajados con breves
minutos de otros intensos y activos que estar durante más tiempo haciendo un ejercicio ligero. Es lo que se conoce como entrenamiento interválico de alta intensidad, y ya existe suficiente
evidencia científica como para afirmar que es, de momento, la mejor estrategia de que disponemos para perder barriga.